A las puertas de una nueva campaña electoral para la celebración de unas nuevas Elecciones Generales durante este verano, y muy presumiblemente el último fin de semana de junio, el buzoneo vuelve a estar en boga y de máxima actualidad.

Con un gasto habitual para este tipo de comicios en España de 200 millones de euros, casi todos los partidos coinciden en que, dado que la única razón de que seamos citados de nuevo a las urnas medio año después de haberlo hecho con la intención de formar un nuevo gobierno, es culpa de su incapacidad para llegar a acuerdos, la reducción del presupuesto dedicado en esta ‘segunda ronda’ debe aminorarse de forma importante.

Para ello se quiere empezar acordando en la cámara, y con la aceptación de todos los partidos con representación, dado que sólo así se podrá llegar a un consenso que pueda llevar a cabo esta medida, la reducción del tiempo de duración de la campaña electoral.

Prolongada habitualmente durante un mes, en este caso se podría recotar a la mitad, es decir, dos semanas en una medida que supondría un recorta muy importante al presupuesto del Estado dedicado a la celebración de unas nuevas Elecciones presidenciales.

Además de esta medida, también se quiere se reducir la partida dedicada al buzoneo, que tiene un coste global de 20 millones de euros y que a los grandes partidos les supone una derrama de alrededor del millón de euros desde su concepción (diseño del sobre, información interior), producción de este, y envío final a todos los domicilios en los que habitan personas con derecho a voto y de manera individual.

Es este último punto, el que lleva a enviar un sobre por cada persona el que se podría ver reducido a un sobre por vivienda, siendo ya en su interior donde encontrar las papeletas y los sobrecitos en los que introducirlas. Algo que deberá ser sometido a debate, como venimos indicándoles.

Sea como fuere, está fuera de toda duda de que el buzoneo, o envío postal de folletos informativos y papeletas de voto, será inevitable aunque ha habido sectores que han abogado por evitar esta publicidad dejando únicamente en los colegios electorales las papeletas destinadas a voto.

Por último, el resto de recortes parece que estaría planificado en una reducción sustancial de las cantidades destinadas a la celebración de mítines, caravanas electorales y todo tipo de publicidad relacionada con los grandes partidos que se ve incrementada de manera evidente durante las semanas que dura este período pre electoral.

Después de casi medio año de negociaciones en las que se ha venido haciendo campaña, parece que no será necesario que esta sea muy larga. Los ciudadanos conocen de sobra las posiciones de unos y otros respecto a los grandes temas y sólo la aparición de nuevas coaliciones podría suponer un cambio en la hoja de ruta de los candidatos a la presidencia. La población está cansada de tanto mareo y exige austeridad de cara a los nuevos comicios generales que se vienen por delante.

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